Hoy, 21 de septiembre de 2024, equinoccio de otoño, hará 18 años que nació nuestra Editorial Séneca. Tras casi 300 libros editados, sentimos que estamos en un momento de transición importante, ese instante en el que cumples la mayoría de edad, aunque sea de forma simbólica, y tienes la necesidad de independizarte y de crecer. Tras casi diez años complicados y trabajando a medio gas debido a las labores utópicas y antropológicas, estamos volviendo a renacer de nuestras cenizas.

Una amiga nos escribió no hace mucho preguntándonos qué necesitábamos para crecer. Sin duda, un gran músculo financiero, espacio vital y personal. Si quisiéramos crecer un poquito deberíamos tener la capacidad de editar al menos 30 libros al año (ahora editamos una media de entre diez y quince) y vender al menos dos mil ejemplares de cada uno de ellos. Para esto harían falta por lo menos cuatro personas en nómina y un buen almacén y oficinas. Si quisiéramos crecer mucho deberíamos ser capaces de editar 300 libros al año, tener al menos ocho personas en nómina y un gran almacén con oficinas (Editorial Planeta, por decir algo, factura al año 1.800 millones y edita una media de unos 4.500 libros anuales. Una editorial mediana suele editar unos 30 o 50 ejemplares y facturar al menos dos millones al año).

Una empresa, sin duda, tiene la necesidad de crecer, o al menos, la capacidad de mantenerse con cierto músculo en todo su proceso económico. Nosotros hemos tenido la capacidad de resilencia, de apostar por una forma de hacer las cosas algo diferente y de perpetrar logros modestos pero provocadores en el sector en el que nos movemos. Nuestra necesidad de crecer no es por avaricia o ambición, sino porque nos damos cuenta de que cuanto más crezcamos, más cosas positivas podremos hacer por el conjunto de la sociedad. Más allá de nuestra tranquilidad material, la cual ya poseemos, tenemos deseos de contribuir desde una base firme y sólida con el resto, con ese lema tan nuestro de intentar hacer de un mundo bueno, un mundo mejor.

Este año estamos apostando por grandes cambios y transformaciones. A nivel humano, nuestro gran editor Oscar Morales se ha jubilado y ha dejado un gran hueco en la editorial. Siempre se mantuvo fiel, en lo bueno y en lo malo, desde los inicios de la editorial, trabajando a destajo por hacer sobrevivir proyectos históricos y etnológicos de nuestros pueblos y sus gentes. Su gran labor reavivó las fuerzas vivas de lugares inhóspitos de la literatura y la cultura, potenciando de esa manera una labor encomiable e insuperable. Nuestro agradecimiento será siempre infinito y su legado ahí quedará para las futuras generaciones.

Para sustituir ese gran hueco, hemos fichado a S., un gran escritor de alta trayectoria y que regenerará el sello Séneca para volverlo a sus orígenes primitivos, a aquellos que nacieron en la década de los años treinta del siglo pasado de la primera Séneca. Su misión será crear lazos de hermandad entre escritores de este lado y el otro del charco, creando nuevas colecciones que darán a conocer las voces de nuestro tiempo. Una gran labor nos espera y grandes retos que esperamos empiecen a dar fruto en uno o dos años. Como ahora toca sembrar, lo hacemos en humilde silencio e introspección.

También estamos haciendo un gran esfuerzo en implementar herramientas necesarias en el mundo editorial, con sus costes añadidos pero también con sus oportunidades, así como expandir de nuevo la distribución, no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional gracias a la colaboración de nuestros nuevos partners, lo que nos permitirá tener nuestros libros en países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y USA. Este es un gran paso para nosotros y una gran noticia para nuestros lectores americanos.

Y por otro lado, estamos trabajando en la construcción de un almacén y unas oficinas centrales, las cuales también servirán como base para las acciones de nuestra fundación. Esto está suponiendo un gran reto, pero el espacio vital es necesario para poder mantener todo lo demás. Por lo tanto, un abanico de novedades que estamos sembrando para ir creciendo, aportando nuestra peculiar gota en nuestra labor cultural y espiritual en este tiempo complejo y difícil y conseguir con cierta dignidad la mayoría de edad pertinente.

Si toda esta siembra funciona, esperamos llegar de aquí a dos años a nuestro veinte aniversario con los deberes hechos, y con la oportunidad de dotar a nuestros sellos editoriales de una hermosa y renovada identidad. Que así sea, con el deseo de que la luz de nuestro tiempo siga iluminando el presente y el futuro de nuestro caminar común.

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