Rafael Moya ha cumplido su sueño de presentar en Malahide (Irlanda) su novela «La Maldición del Cuervo», lugar donde se inspiró para escribirla y donde se desarrolla. Enhorabuena y que goces de esos momentos únicos. 

 

PRESENTACIÓN DE LA NOVELA GÓTICA

«LA MALDICIÓN DEL CUERVO», de Rafael Moya Ruiz. 

Editorial Séneca

Día: Miércoles, 19 de septiembre de 2012
Hora: 19’00 h

Lugar: Biblioteca de Malahide, Dublín, Irlanda

Colaboran:

* Fingal County Libraries: Responsable, Siobhan Walshe.

* Instituto de Cervantes de Dublín.Directora, Rosa León.

*Traductora-intéreprete: Rachel Lewis.

* Jorge López Arregui interpretará a piano la melodía compuesta para » La Maldición de El Cuervo».
 

Sinopsis de «La Maldición del Cuervo» por José María Palencia:

 

Malahide es una villa con existencia real, cercana a Dublín (Irlanda) y dominada por un gran castillo. Según el relato – real o irreal-, hacia 1850 un militar llamado Stamp había adquirido posesiones cerca de la fortaleza. Para defenderse de los ataques de la población como consecuencia del hambre, ideó ceder dos hectáreas a cada súbdito, que habrían de ser heredadas únicamente por su primogénito. A cambio, estos sólo debían pagarle un diezmo fijo a él y a sus descendientes. Así logró mantener la villa a salvo durante muchos años. 

La primera revuelta contra su nieto, Cathal, tiene lugar una noche de verano de 1960 (es decir, casi un siglo después), porque el diezmo resultaba abusivo y gravoso y se mantenía el derecho de pernada. Muere Cathal en la revuelta y la familia se sume en una continua decadencia, a consecuencia de la cual su viuda se tira por una de las torres del castillo en presencia de sus hijos. Después de su entierro a las espaldas de la fortaleza, su hija Brid lanza una maldición contra los habitantes de Malahide que quedará flotando para siempre en el ambiente como negro presagio sobre las conciencias de sus habitantes.

Después, Brid perderá la cabeza viviendo en su pasado, cual miembro de una aristocracia otrora privilegiada y ahora aferrada al odio y el resurgir de sus antiguos esplendores. Solo la potencial cordura de su hermano Coll parece, a primera vista, mantenerla bien aconsejada, aunque ella se resistirá siempre a sus requerimientos de bonhomía. A partir de entonces se sucederán una serie de muertes en extrañas circunstancias que la gente achacará a “La maldición del cuervo”, que quedará asociada a la lanzada por Brid en el entierro de su madre.

Pero si hasta aquí –podíamos decir- la historia resultará puramente decimonónica, se volverá también de una esplendente actualidad cuando se entrecruce con la de otro personaje, Carlos O’Conaill, que de pequeño había vivido en España adoptado por una familia, y por tanto no conocía sus raíces, hasta que sus nuevos tutores mueren. Él, que según su creador, va modelando su personalidad alistado en el PIS (Partido Independentista de Solitarios), decidirá volver a Irlanda para ahondar en su pasado. De esta suerte trabajará en Dublín como hombre-bocadillo, o como miembro de la seguridad en un Museo, momento éste en que a mi juicio la novela alcanza sus más altas cotas de erudición, desfilando por ella nombres como los de James Joyce, Oscar Wilde, Bram Stoker, que demuestran el conocimiento del autor de la literatura irlandesa. Y O’Conaill tendrá la des-dicha de enamorarse de una habitante de Malahide, momento en que el cuervo está haciendo de las suyas, atacando a jovencitas en los jardines de la fortaleza….Pero no puedo ya adelantarles más, porque si no…

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