Una feria es un mercado que se celebra en días señalados y estos meses está el calendario al rojo vivo en ese sentido. La feria del libro de Buenos Aires en la que ha arrasado Pérez Reverte, la de Cuenca, la de Santurtzi, la de Madrid que está por venir y cómo no, la de Córdoba, en la que ha estado muy presente Editorial Séneca presentando un buen abanico de lecturas: “Jardines esotéricos”; “Los bolsillos yermos”, “Viaje a un país imaginario”, “Lo que nunca te conté”, “Paraísos perdidos”… ¡Qué bien lo hemos pasado entre amigos y autores! Porque una feria es para elevar al libro a la categoría que se merece, sea cual sea la forma en la que se nos presente este objeto mágico. Hoy leíamos que la venta de libros digitales en EEUU ha alcanzado el 20% de ventas del sector. Pero es que un libro digital es un libro al fin y al cabo. También hay libros “mutantes” como los que se vieron en La Casa Encendida o libros como los que propone la feria Masquelibros estos días: libros que son en sí mismos una obra de arte. Los que amamos los libros recorremos todas estas ferias en busca de preciados tesoros, porque un libro es el más preciado de los tesoros.

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