Desde nuestros sellos editoriales queremos apoyar y cofinanciar la Escuela de Dones y Talentos de la Fundación Dharana y el Proyecto O Couso. 

 

 

Estimados amigos,

Conozco bien el mundo de la aristocracia y la diplomacia. Antes de ser editor la vida me puso ante experiencias hermosas, ante gente maravillosa que ostentaba títulos nobiliarios o trabajos diplomáticos y de poder. El haber vivido muy de cerca esas realidades me ha dado un sugestivo panorama de todos los aspectos de la vida humana, y he terminado llegando a una simple conclusión: la verdadera aristocracia es la interior, sólo se puede ser embajador de la nueva buena, el verdadero poder es el que nace de la esfera intangible.

Dicho esto, estoy convencido de que la misión de un buen embajador, de un aristócrata interior es el de convencer a otros para que se empoderen y sean portadores de la nueva buena, del fuego de los dioses, del brillante átomo simiente que debemos sembrar en las concavidades interiores del prójimo para volverlos más dulces, más humanos, más próximos.

En la campaña de cofinanciación que estamos llevando desde la Fundación Dharana para poner el tejado de la casa de O Couso nos hemos dado cuenta de que lo importante no es el poder del dinero. Lo más importante de todo es el poder del gesto. Cada guiño es para nosotros una señal, cada gota que cae a la bolsa común provoca en nosotros un motivo de alegría. Nos damos cuenta de que cada aportación es poderosa porque nace de un corazón noble que vibra con proyectos nobles. Eso provoca un reconocimiento en la nobleza del otro, en la grandeza y esplendor de aquel que inclina la balanza hacia unas cosas y no otras. Sentimos cierta alegría profunda cuando vemos que cada día sumamos más gestos.

No importa si uno pone un euro o mil. Como decía, lo importante es el gesto, el saber que ahí detrás hay cientos de personas con deseos y ganas de cambiar el mundo. Eso nos hace pensar en la siguiente motivación: ¿cómo convertir esos cientos de personas en miles? ¿Cómo contagiar de entusiasmo, de altos valores, de buenos principios para todos a esa miríada de seres?

Quizás el siguiente paso sería convencer a los convencidos para que a su vez dejen de pescar peces y lancen sus redes para pescar hombres y mujeres de buena voluntad. Quizás el siguiente paso sea el convertirnos en embajadores de la buena nueva y salir ahí fuera para explicar que otro mundo es posible y se está construyendo. ¿De qué sirve que toda esa luz se ponga debajo de la mesa, se oculte o se esconda? Sí, seamos embajadores, actuemos desde la acción, desde el convencimiento, saliendo ahí fuera y diciendo abiertamente que en esta primavera del alma estamos dispuestos a contemplar la luz y el fuego desde la proximidad, el cariño y la disposición a colaborar.

Si estáis convencidos, si desde dentro sale esa llama, convertiros en embajadores y ayudadnos a compartir todas las propuestas. Busquemos más gestos. Hagamos que el tejado pueda albergar cada día a más peregrinos del alma que buscan y anhelan el mundo nuevo. Apoya la campaña de cofinanciación y sé un pilar importante que de cobijo a todos los que vienen diariamente.

Ahora somos setenta cofinanciadores. Setenta pilares que sostienen parte del tejado. Necesitamos cien más para completar la obra, para dar cobijo y pan al que no tiene, y sed de justicia al que lo necesite. Y recuerda siempre: deja lo que puedas… o coge lo que necesites…

https://goteo.org/project/o-couso

 Javier León

Editor

 

WWW.PROYECTOCOUSO.ORG

FUNDACIÓN DHARANA

 

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